Imagen de archivo de un negocio hostelero en Ciudad Real/ Clara Manzano
15 de febrero de 2021 Belén Rodríguez / CIUDAD REAL
“Las lesiones de los cinco supuestos perjudicados no están acreditadas”, asegura el abogado de los hosteleros, condenados a dos años de cárcel por una denuncia de cinco vecinos en 2014
Los propietarios de la cafetería De Marias’s y el bar terraza Los Faroles de Ciudad Real, condenados a dos años de cárcel por un delito ambiental, en concurso con lesiones por el ruido de sus negocios, esperan tumbar ante la Audiencia Provincial de Ciudad Real la que califican de “durísima condena”, del juzgado de lo Penal número 3, con la que a mediados de enero se resolvió un pleito que data de 2014.
“Las lesiones de los cinco supuestos perjudicados no están acreditadas. No hay ni una asistencia médica, ni un solo parte médico de las personas que denunciaron sufrir trastornos por ruidos desde 2012 e incluso antes, excepto el de la psiquiatra de parte, ya fallecida, que en 2019 les examina y curiosamente les diagnóstica la misma patología, los mismos días de curación, las mismas secuelas y el mismo daño moral”, asegura Francisco Víctor, el abogado que representa a los dueños de estos dos bares, que siguen abiertos en las inmediaciones del Hospital General.
El recurso de apelación se presentó hace unos días ante la Audiencia, que tendrá que dar una segunda opinión en los próximos meses (puede que se tarde al menos un año).
Superada la sorpresa por la contundencia de la sentencia, que además de la pena de prisión -inédita en Ciudad Real- impone un año de multa; tres meses de inhabilitación para ser titulares de negocios hosteleros y 58.000 euros de indemnización a los afectados, los perjudicados contraatacan.
“Poca base del fallo”
Francisco Víctor hace hincapié en la poca base del fallo, “los hechos probados recogen solo seis mediciones de ruidos entre los años 2012 y 2020, y en ese tiempo hubo denuncias administrativas por incumplimientos menores, en ninguna se apercibía a estos locales de cierre por parte del Ayuntamiento”.
El pleito que ha motivado la sentencia que ha abierto un precedente en Ciudad Real en materia de ruidos de la hostelería, comenzó en 2012, con varias denuncias administrativas previas a la apertura de ambos negocios. Dos años después, cinco vecinos de los pisos superiores al edificio en cuyos bajos están estas terrazas, emprendieron una denuncia conjunta por lo penal (2014).