Primer juicio en la Audiencia postconfinamiento - Foto: Rueda Villaverde
Con el tribunal, fiscal y abogados protegidos con mascarillas se ha celebrado en la Audiencia de Ciudad Real el primer juicio tras el parón de más de dos meses por el estado de alarma con medidas excepcionales de confinamiento para luchar contra el coronavirus. El tribunal de la Sección Primera retomó ayer su actividad con un juicio por lesiones por los que el acusado, de iniciales A. R. G., se enfrenta a una condena de ocho años de cárcel y una elevada indemnización por dejar a un hombre tuerto de un puñetazo.
El encausado, de unos treinta años, admitió que propinó un fuerte puñetazo a un hombre de 60 años la tarde del 19 de septiembre de 2017 cuando coincidieron en el parque canino de Manzanares y discutieron a causa de sus perros.
Admitió que le pegó el puñetazo pero que no quería causarle tanto daño. En el derecho a decir la última palabra le pidió disculpas y dijo que se puso nervioso y volvió a repetir que no quiso hacerle ese daño.
Para la fiscal y el letrado de la acusación particular Francisco José Víctor Sánchez, los hechos son constitutivos de un delito de lesiones con pérdida de un miembro principal, un ojo, y consideran proporcionada la condena de ocho años de cárcel que solicitan que se imponga al procesado habida cuenta del grave daño causado, las secuelas estéticas y psíquicas que le han quedado.
El letrado Eduardo Estévez que defiende al acusado pide una pena mínima de tres meses de cárcel porque entiende que fue una imprudencia y que su patrocinado no quería hacer daño.
Sin embargo, el letrado Francisco José Víctor defendió con un sólido alegato que los hechos se enmarcan dentro del artículo 149 del Código Penal por la entidad de las lesiones, por la pérdida de un órgano principal como es un ojo y la deformidad que le ha quedado.
Según explicó a La Tribuna, la víctima repite que vino a España (es de Venezuela) con su mujer (pediatra) huyendo de la violencia que había en su país y nunca pensó que pudiera ser víctima de un hecho tan violento que le ha dejado ciego de un ojo. A causa del puñetazo sufrió, entre otras lesiones, el estallido del globo ocular y una fractura del suelo orbitario derechos de los que tardó más de diez meses en curar.